Antonio J. Mora - twitter

2022-10-15 04:21:15 By : Ms. Vivi Chen

Más allá de la malla metálica y casi escondida entre la maleza, se descubre una Andalucía que duerme abandonada. Su silencio, casi sepulcral, se rompe con la algarabía del cercano parque de atracciones. Las risas solo se escuchan al otro lado de la calle; en esta acera, un grito mudo de auxilio se apodera del ambiente. Lejos parece haber quedado su pasado glorioso, ese que lo convirtió en uno de los espacios más visitados durante la Expo 92 de Sevilla. Hoy, la Alhambra, la Giralda, la Mezquita de Córdoba o el tajo de Ronda sueñan con despertar de este letargo.

Desde hace más de año y medio, el parque Andalucía de los Niños —un espacio situado en la Isla de La Cartuja con 76 maquetas de los principales monumentos andaluces y que recrea la idiosincrasia de la comunidad— permanece cerrado después de que Isla Mágica dejara de explotarlo “debido a su alto coste de mantenimiento” y se lo devolviera a su propietaria: la Junta de Andalucía. En estos meses, y ante el abandono de la Administración, las inclemencias meteorológicas y varios episodios vandálicos han convertido el parque en una copia desoladora de la comunidad. “Las maquetas están muy deterioradas, algunas han sido mutiladas, se ha robado el cableado, las malas hierbas campan a sus anchas... Es una verdadera pena”, explica Alberto Martín, presidente de la asociación Legado Expo, un colectivo que persigue divulgar este patrimonio.

En sus más de 20 años de vida, el actual abandono del parque de maquetas Andalucía de los Niños no es el único episodio que ha hecho temer por su existencia. En 1996, Partecsa, la entonces gestora de Isla Mágica —empresa que explotó el parque hasta 2011—, planeaba construir en este espacio un aparcamiento y trasladar las maquetas a otro punto. La movilización ciudadana impidió su demolición.

Tras convertirse en un quebradero de cabeza para la Junta —que incluso ha barajado el traslado del parque a otro punto de la capital, como el Alamillo—, la Consejería de Hacienda informó a finales de abril que ultima el pliego de condiciones para sacar a concurso público la explotación del espacio, un anuncio que ha despertado el interés de varias empresas. “La Junta ha dejado morir el parque. Si no se hubiese abandonado de esta manera, ahora su puesta en funcionamiento no sería tan complicada, ni tan costosa”, explica Martín, quien critica que la única vigilancia que ha tenido en este tiempo el parque ha sido “un par de candados”. En respuesta, la Administración asegura que ha estado realizando una serie de actuaciones encaminadas a restaurar y recuperar estas instalaciones, acciones que no especifica.

“La pasividad del Gobierno ha sido tal que, tras un nuevo caso de vandalismo a principios de este mes, tuvimos que arreglar nosotros el agujero que había en la malla metálica y por el que se colaron estas personas”, afirma Martín, quien añade que, a los pocos días, técnicos de la Administración acudieron a la zona para “rematar” el trabajo del colectivo. El presidente de la asociación también ha criticado la nula implicación del Ayuntamiento en esta lucha. “No ha movido ni un dedo. El parque es patrimonio de la capital, pero parece que eso a los políticos se les olvida”, añade.

Esa inversión para rehabilitar el espacio de la que habla Martín es, sin lugar a dudas, el principal escollo con el que tropieza la resurrección del parque. “Aunque durante la reunión que mantuvimos con representantes de la Junta no se trató este asunto, creo que es vital realizar un estudio para saber a cuánto ascendería. Es verdad que creemos que debería desembolsarlo la Junta, pero todo es negociable”, explica Fernando de Ercilla, consejero delegado de Catalunya en Miniatura, una de las empresas interesadas en el proyecto y que gestiona un espacio similar al de Andalucía de los Niños. En este sentido, Ercilla asegura que lo que más le preocupa es el estado de las infraestructuras. “Para reparar las maquetas contamos con nuestros propios técnicos. El problema es lo que hay debajo. Todo lo relacionado con el cableado, el sistema de riego...”, apunta.

Con 106.000 visitas durante 2012, Ercilla asegura que negocios como el parque catalán son rentables. “En este caso, el problema ha sido que Isla Mágica no ha sabido cómo explotarlo. En los últimos tres años, la tendencia del número de visitas a Catalunya en Miniatura ha ido al alza”, apunta el empresario. “Sevilla es una ciudad muy turística y la ubicación del espacio es ideal. Con una buena gestión, el parque tiene garantías de funcionar”, añade el consejero.

Al igual que Ercilla, Alberto Martín y el que fuera director de este espacio y del Pabellón de Andalucía, Antonio Rodríguez Almodóvar, consideran un error trasladar el proyecto —incluso varios municipios se interesaron en albergarlo—. “No es que sea imposible, pero su coste sería muy elevado, tanto o más que cuando se construyó”, explica Almodóvar. “Además, en el traslado se podrían dañar las maquetas”, teme el presidente de Legado Expo.

Siguiendo el estilo del parque catalán y con el objetivo de hacer más interesante el espacio, Ercilla cree que Andalucía de los Niños puede ofertar otras actividades. “Las altas temperaturas nocturnas de la ciudad permitirían organizar visitas por la noche como ya se hace en otros espacios similares en Europa. También se podría aprovechar la proximidad del río para realizar otro tipo de eventos”, enumera.

Para este enfoque de futuro, Almodóvar y Martín piden que se fomente el carácter educativo del espacio. “Andalucía de los Niños tiene ante todo una vocación didáctica, deben concertarse visitas escolares y debe ser un lugar al que puedan acudir periódicamente las familias”, apunta Almodóvar. En materia de mejora de las instalaciones, ambos defensores del espacio también tienen sus propuestas. “En Sevilla más que la lluvia, el enemigo es el sol, tanto para las maquetas como para los visitantes. Por eso se podrían colocar umbráculos”, apunta Almodóvar. “Con el simple gesto de usar bombillas led [de bajo consumo] se ahorraría”, añade Martín.

Ante el miedo de que se retrase el concurso o que “nunca llegue a convocarse”, Martín afirma que conoce a colectivos interesados en colaborar de manera altruista. “Por ejemplo, la asociación Amigos del Ferrocarril repararía el tren que circulaba por la maqueta”, explica. “Eso sí, si va a seguir así, lo mejor es que se lleven las maquetas que se puedan salvar y que las guarden en un almacén”, añade. Con un futuro aún por decidir, Andalucía de los Niños resiste a la espera, pero con algo más de esperanza.

Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue redactor en la delegación en Andalucía durante más de seis años y, actualmente, es portadista web. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de periodismo de EL PAÍS, también trabajó en Diario Sur e Infolocalia. En 2009, ganó el premio nacional Alma de Periodista.

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